Un pequeño punto, perdido en el vasto caldero de entre montañas. Una tenue luz abandonada en la bruma nocturna. El triste candil de una estación olvidada, cuyas vías yacen bajo el manto invernal. Y dentro de las cuatro paredes, dos hombres esperan el alba; uno, anclado con metal a un recio banco de madera; el otro, vigila junto a la estufa, alargando la escasa provisión de combustible, hasta que lleguen los suyos.
lunes, 26 de agosto de 2013
lunes, 19 de agosto de 2013
Polluelos (1)
De pie, al abrigo del porche, descansan tres niños y su fiel criada. Erguidos, cubiertos por la sombra recortada ante el soleado polvo de la calle. Atentos, observando el elegante edificio de adobe, con gran portón de madera maciza. Se miran, recordando los pasos: saludo, izquierda; uno, dos, tres, cuatro, bienvenida; buenos modales, premio; reverencia, despedida. Por fin ha llegado su momento.
lunes, 12 de agosto de 2013
Edward S. Curteys
Se encuentran delante del gran monstruo; abierto en canal, con la piel arrancada, trozos de carne podrida apilados y entrañas agujereadas, ardiendo en una enorme pira funeraria. Erguidos, de espaldas al viejo cartel, manchado y con bordes enmohecidos, que se alza desafiante ante el cielo azul, clavado a los nuevos huesos, limpios y fuertes, emanando el eco intenso de madera viva.
lunes, 5 de agosto de 2013
Intrusos
El sol ha caído. La oscuridad engulle el pueblo, royendo aristas, aplanando tejados, tapando juntas y vetas con capas de densa negrura. Solo una luz, trémula, se asoma tímida por una de las ventanas de vidrio deforme, enfrentándose a la gélida luna, reptando hasta el lecho estático del polvo dormido del camino. Y junto a ella, brota el leve tintineo, del austero y eficaz brillo de metal extremadamente afilado.