Cerró ese par de grandes ojos color miel, situándose a merced del mundo durante un latido. Apenas pude sorprenderme cuando los abrió de nuevo y sonrió mientras doblaba el
dedo índice, ronroneando un “ven”.
Aquel inofensivo
anzuelo había clavado hondo. Incapaz de apartar la vista, recorrí
el ligero vaivén de su espalda hasta el sensual contoneo de sus
voluptuosas caderas...
Una llamada básica, un reclamo tan antiguo que permanece olvidado; latente bajo estructuras de bellezas diseñadas incapaces de saciar. Ejecutaba un arte natural, un baile carnoso, grácil e intuitivo.
Miré un par de veces alrededor,
intentando llegar al mundo real, pero no conseguí engañarme; seguía
pescado y con cada tirón no hacia sino minar mis fuerzas. No tardé
en darme felizmente por vencido y, contra toda lógica, dejar que el río
siguiera su curso.
Dibujé su cuerpo con diez yemas; sus
ojos, orejas y cuello; deteniéndome en la comisura de sus brazos...
dedos... labios... con miradas furtivamente instintivas a una sonrisa
que se desvanece, un temblor apenas perceptible y el titilar ténue
de aceptación.
Entonces pude acercarme más, su boca
quedó entreabierta y los ojos aflojaron perdiendo todo control. El
hilo se destensó y la depredadora se volvió presa. Llegó el
impulso natural de no plantearme otra cosa que seguir adelante.
***
Amanecí bombeando adrenalina
suficiente para doblar acero, con la amenaza de un balazo dándome
los buenos días. Demasiado temprano para imaginar de dónde salían
aquellos dos sicarios. Tomé el tiempo justo para entender lo que
había ocurrido y, entre empujones, aproveché hueco para echar un último
vistazo.
Ahí permanecía ella; recostada, con
el pelo acariciando la almohada; dócil, suave y delicada. Con
aquellos malditos ojos cerrados y cierto tono de blancura sonrosada,
imposible de ignorar. Entonces comprendí que supo poner el cebo
adecuado; que nunca dejó de ser depredadora y que, en el extraño
caso de que saliera vivo de esta, no cabe la menor duda de que necesitaría volver a verla.
OHHHHHH!!!! Ya sé quien es, ya sé quien es!! XIX!!! No... en serio, me encantaaa,adoro ese aire de soy buenina, me dejo cazar, como cae en la trampa y se desvela al final *o* Muy ella, sí, muy ella.
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