Sobre sillas de hierro, en mesa de
mármol, que esconde los nombres, de quienes otra senda, debieron
tomar.
5 pares de manos, golpetean la piedra,
observando lejano, sin cruzar la mirada, a fin de volver, sanos y
salvos, a la normalidad.
A lo lejos se acerca, con dos bandas
negras, asiendo las mangas y un paño al hombro, más negro que
blanco, a medio colgar; bandeja de lata, mostacho ajado y mirada
torba, al repartir.