Fue increíble -dijo tomando con fuerza
el vaso roñoso-. Imagínate, ahí charlando de nuestras cosas sin
prestar atención; y de pronto aparece, allá en
las alturas, asomándose desde el interior de aquel cacharro
metálico panzudo.
Tendrías que haberlo visto, todas las miradas clavadas, haciendo fuerza mientras aquella maravilla sobrepasaba la panza
metálica y empezaba su alocada caída hacia la libertad.
La seguíamos como si tuviéramos un
cable de acero atornillado a los ojos. No se oía ni un alma, todos
pendientes de adivinar dónde demonios iba a caer. Se me agarrotaron las manos de la emoción, mientras creía ver cómo aquel
objeto alienígena dibujaba un rastro en el aire que apuntaba hacia
mí.
Ni te imaginas la cara que puse al
verlo entrar en mi espacio aéreo. Pensaba que se me enrollarían los
párpados cuando cayó delante de mí, llenándolo todo de
salpicaduras y envidias.
Te haces una idea, ¿no?
Por fin, tras 15 años en casa del gobernador, me ha tocado un
garbanzo en la sopa. Es por eso que brindo y por eso mismo le estaré
eternamente agradecido.
Yo quiero un garbanzo!! Bueno... haciendo un inciso sobre gastronomía: los Federicos han bajado de precio 4 euros xD Ahora lo que toca: esto no sería lo mismo sin ponerle imaginación, espero que nunca cambies tu trasto-cámaraphono por que la imagen le ha dado un cuerpo al texto, pese a que ya lo tiene de por si, esa forma tuya de describir, es simplemente embelesadora ^^
ResponderEliminarMuchas gracias, Strengian.
ResponderEliminarAntes de nada, no sabes cuánto celebro que los Federicos anden más baratos; en cuanto crepiten las brasas hago foto y pongo una entrada al respecto.
Pienso mantener el móvil hasta que decida descansar por cuenta propia. Sé que la resolución de las fotos, por no hablar de mi pericia fotográfica, no es muy allá; pero como dices, tienen más que ver con la imaginación que con cualquier otra cosa.
Celebro que sea de tu agrado :)